Así titularía la impresión que me da Felipe Reyes. Capaz de tirar al suelo a un chaval de 16 años como el peor de los camorristas, capaz de auto expulsarse de un partido en el minuto 3 y capaz de ganar una final ACB para su equipo. Así es el pívot blanco. Su forma de ser y su actitud me parece en la mayoría de los casos odiosa. Nunca ha demostrado inteligencia en la cancha y mucho menos en sus comentarios. Pero lo que nadie duda y que lleva demostrando años es de que es un gran jugador de baloncesto. Como llevo diciendo semanas atrás, cuando este jugador pone su mal carácter a favor del equipo es muy difícil de contener.
Yo creo que hay dos tipos de “mala leche” la que ayuda al equipo y la que perjudica al equipo. Y las declaro así porque he sufrido y me he beneficiado de compañeros con esas cualidades. La que ayuda al equipo por ejemplo, suele estar impresa en el código genético de los jugadores argentinos. Es un mala leche que empuja al equipo, que hace jugar al 110%, que produce fervor en el público y pavor en el contrario. Luis Scola es un ejemplo de ello. Claro que a veces le puede jugar malas pasadas como a Prigioni o Pepe Sánchez. De la que perjudica al equipo es claro estandarte nuestro protagonista Felipe Reyes. Esta mala leche negativa, puede convertirse en una técnica en un momento poco oportuno o en la eliminación del jugador en cuestión. Y cuando es Felipe el eliminado es claramente perjudicial para su equipo.
Explicado esto, concluyo alabando la meritoria labor de Plaza calmando Felipe, para convertirle en el jugador clave de lo que parece ser victoria madridista en la ACB.
1 comentario:
Felipe es un JUGÓN!
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