Hasta la semana en la que se disputaba la Supercopa no saltó la liebre: el Baskonia quería tramitar la ficha de McDonald como comunitario. Hasta ese momento, nadie de la FEB ni de la ABP habían dicho nada sobre los 5 jugadores que por errores de la FEB iban a disputar la ACB. Llega McDonald y ya no puede jugar ninguno. No parece muy serio todo este asunto.
Después de conocer la cronología y los motivos de lo sucedido, ¿cómo le explicas a un chico senegalés que lleva 5 años con una chica alemana, casado desde hace dos años, con un hijo y esperando otro, que no puede jugar en España y que su contrato queda invalidado? Esto no lo digo yo, lo ha dicho Scariolo durante esta semana sobre su jugador N'Dong.
¿Por qué ha de quedarse sin jugar este chico felizmente casado debido a que otros se hayan aprovechado de un vacío legal para conseguir los papeles? Señores de la FEB y de la ABP, seamos serios. Instigados por la prensa de Madrid y movidos por un deseo de venganza hacia el Tau (principal impulsor de la libre contratación de jugadores; casos de Mills, Timinskas y Stombergas), han querido ensuciar el inicio de la liga ACB. Y lo peor de todo es que no han querido ocultar el fondo de toda esta cuestión, la guerra abierta y el total desencuentro entre la FEB y la ACB. Sin casi si quiera reunirse, han tenido que recurrir al CSD (Consejo Superior de Deportes) para que medie en este asunto. Y finalmente, como no cabía esperar de otra manera, se ha resuelto permitiendo jugar a los jugadores que estaban asimilados hasta el momento. Además de esto, y debido en gran parte al señor Lissavetzky, se creará una comisión que evaluará la validez de los matrimonios de los jugadores extracomunitarios que quieran jugar en la ACB.
Esta comisión buscará matrimonios fraudulentos en la ACB, pero ¿Y en la LEB? ¿Qué pasa con las tres categorías de LEB y la EBA? ¿Acaso la FEB sólo se preocupa del daño al jugador nacional en la ACB? Y las implicaciones morales y éticas de evaluar un matrimonio, ¿quién y cómo deben decidir la validez legal de un matrimonio? Todo esto en el tercer capítulo.
¿Por qué ha de quedarse sin jugar este chico felizmente casado debido a que otros se hayan aprovechado de un vacío legal para conseguir los papeles? Señores de la FEB y de la ABP, seamos serios. Instigados por la prensa de Madrid y movidos por un deseo de venganza hacia el Tau (principal impulsor de la libre contratación de jugadores; casos de Mills, Timinskas y Stombergas), han querido ensuciar el inicio de la liga ACB. Y lo peor de todo es que no han querido ocultar el fondo de toda esta cuestión, la guerra abierta y el total desencuentro entre la FEB y la ACB. Sin casi si quiera reunirse, han tenido que recurrir al CSD (Consejo Superior de Deportes) para que medie en este asunto. Y finalmente, como no cabía esperar de otra manera, se ha resuelto permitiendo jugar a los jugadores que estaban asimilados hasta el momento. Además de esto, y debido en gran parte al señor Lissavetzky, se creará una comisión que evaluará la validez de los matrimonios de los jugadores extracomunitarios que quieran jugar en la ACB.
Esta comisión buscará matrimonios fraudulentos en la ACB, pero ¿Y en la LEB? ¿Qué pasa con las tres categorías de LEB y la EBA? ¿Acaso la FEB sólo se preocupa del daño al jugador nacional en la ACB? Y las implicaciones morales y éticas de evaluar un matrimonio, ¿quién y cómo deben decidir la validez legal de un matrimonio? Todo esto en el tercer capítulo.
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