En el pasado Eurobasket la selección española de baloncesto fue situada por un entorno enloquecido en una ficticia y absurda encrucijada: a un lado la vasta y fértil llanura, con sus suaves lomas trufadas por árboles de fruto embriagador, corrientes serpenteantes de prístinas aguas, explosión de colores al servicio del verde superficial y del azul de la bóveda celeste. Al otro lado, el abismo, la negritud, el vacío, la obscuridad absoluta, el olvido, la NADA. El vértigo es la atracción paralizadora que nos suscita el abismo cuando nos situamos frente a él. Vértigo es lo que sintieron muchos de los jugadores de la selección española de baloncesto ante la posibilidad de no conseguir continuar hinchando un globo que empezó estando lleno de ilusión, admiración, y amor por el baloncesto, y ha terminado por contaminarse con ciertas dosis de prepotencia, mercantilismo, y espectáculo circense. La monstruosa Ñ fabricada por aquellos que viven al servicio de intereses mercantiles, para los que el baloncesto no es más que un instrumento al servicio de la consecución de sus fines espurios, ha generado un nivel de auto-exigencia totalmente irracional en el combinado español, con la inestimable ayuda de un grupo de dirigentes deportivos que han tratado de subirse a la ola para satisfacer sus vanidades personales.
El Eurobasket ha concluido con un muy buen balance para la selección española. La consolidación de este brillante presente pasa por alejarse de la tutela de la Ñ y recuperar la seriedad, la humildad y el trabajo silencioso.
El Eurobasket ha concluido con un muy buen balance para la selección española. La consolidación de este brillante presente pasa por alejarse de la tutela de la Ñ y recuperar la seriedad, la humildad y el trabajo silencioso.
1 comentario:
Esta selección tiene mucha calidad, pero no debemos olvidarnos de que el resto también juega.
Ni fuimos tan buenos ni somos tan malos ahora...
El deporte es así.
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