Desorientación. Esta es la palabra que define el momento que vive actualmente la familia baskonista. Jugadores, técnicos, directivos, periodistas y aficionados, estamos sumidos en un mar de dudas y confusión ante los últimos acontecimientos vividos. Hacía mucho tiempo que el equipo no cosechaba cuatro derrotas consecutivas. Cierto es que el nivel de exigencia que el calendario impone a los equipos ACB con presencia en Euroliga es demoledor. Pero no es menos cierto que admitiendo que el rendimiento físico global de una temporada experimenta fluctuaciones, el rendimiento psicológico exhibido por el equipo en estas últimas semanas es preocupante. Y este rendimiento no debería estar sometido a fluctuaciones tan acusadas como lo está el físico. Este hecho nos retrotrae al inicio de la campaña, en el que pudimos vislumbrar detalles preocupantes que han terminado por manifestarse claramente a lo largo de las últimas semanas. Lo cierto es que el éxito de un equipo con grandes jugadores, un buen técnico, y una adecuada configuración de la plantilla reside en un porcentaje muy alto en el carácter, el grado de implicación de los integrantes de la plantilla, y su pétrea predisposición para remontar situaciones complicadas. Estos detalles son los que, a mi juicio, condicionan el éxito final del proyecto.
En mi opinión el problema fundamental (no el único) que aqueja al Baskonia es de índole psicológica. Y probablemente sea el resultado de un cúmulo de situaciones muy diversas (en ocasiones particulares), lo cual hace que sea difícil su diagnóstico y su corrección.
- El eterno aspirante: la ascensión del Baskonia a lo largo de las últimas décadas se ha culminado con un número de títulos que muchos aficionados consideran insuficiente. El equipo se ha acostumbrado a llegar a finales y semifinales.....y a perderlas. Este hecho ha creado una sensación de ansiedad en la masa social baskonista que se transmite al equipo. Aún resuenan en la mente de muchos aficionados los cánticos de celebración de la malograda liga 2004-2005.
- El nuevo rico: muy relacionado con lo anterior. Las expectativas creadas por el club en la última década han hecho que la afición se haya vuelto extremadamente exigente, lo cual genera un efecto que en ocasiones puede jugar en contra de la propia plantilla.
- El chivo expiatorio: como consecuencia de la falta de satisfacción de las elevadísimas exigencias de la afición, ésta canaliza su frustración mediante la demonización de personas concretas. Boza Maljkovic fue maltratado sin piedad el año pasado. Este año un hombre básico en este equipo como Prigioni está siendo señalado injustamente como el causante de gran parte de los males de este equipo. Por mucho que un jugador trate de aislarse de su entorno, éste termina por filtrarse por entre las rendijas de su caparazón, afectando a su rendimiento.
- Ivanovic: la era Ivanovic se caracterizó por un nivel de autoexigencia elevadísimo que impregnó por completo al club, la afición y la prensa. Dusko terminó por modelar definitivamente las pétreas señas de identidad de este equipo a su imagen y semejanza, contando con la confianza total del presidente. Tras la marcha de Ivanovic Kerejeta no ha vuelto a confiar plenamente en ninguno de los entrenadores que han pasado por el banquillo. Y todos ellos se han visto acompañados a lo largo de su periplo por la amenazante sombra del montenegrino.
- La silla eléctrica: como consecuencia de lo anteriormente expuesto, el banquillo baskonista se ha convertido en una auténtica silla eléctrica en los últimos años. Pedro, Velimir, Natxo, Boza, Neven....los nombres se suceden y se seguirán sucediendo mientras la silla eléctrica baskonista no sea cortocircuitada por un técnico que cuente con la total confianza del presidente y el benaplácito de la afición y la prensa. Esta inestabilidad genera un ambiente de caótica provisionalidad que puede llegar a descentrar a los jugadores, crearles confusión y erosionar su compromiso con un proyecto excesivamente voluble. Por otra parte, esta atmósfera de provisionalidad no es la más adecuada para que un nuevo entrenador asiente un proyecto.
- El líder: la marcha de Scola ha generado un vacío de referencias en el equipo. En la actualidad no existe un líder claro, y sin la existencia de una referencia clara en la cancha, el equipo naufraga engullido por las olas en situaciones en las que se desata un temporal en alta mar. Por otra parte esta situación genera ansiedad en algunos jugadores, que se ven en la obligación de coger el testigo dejado por el líder desparecido.
- Pablo Prigioni y Tiago Splitter: ambos han intentado asumir el liderazgo del equipo sin éxito. El argentino es un extraordinario jugador, está dotado de una gran inteligencia y capacidad de sacrificio, y es un hombre que vive intensamente los partidos, demasiado intensamente. Esto hace que no mantenga la cabeza fría en situaciones puntuales, incumpliendo, de esta manera, uno de los requisitos básicos de todo líder. El brasileño que tiene un potencial enorme, adolece de ausencia de aquello que le sobra a Prigioni. A ambos les está afectando su incapacidad para asumir el mando del equipo, y esto ha terminado por afectar a su juego.
- Sergi Vidal: es otro de los veteranos. Sin embargo no creo que se haya planteado asumir el liderazgo del equipo. Su objetivo es más bien, volver a sentirse un jugador de baloncesto, tras dos años en los que ha pasado un calvario que le ha obligado a convertirse en una sombra de lo que realmente es. Dos años como los pasados por Sergi pasan factura en forma de pérdida de confianza.
- Igor Rakocevic: sin duda, uno de los mejores jugadores que han pasado por este equipo en toda su historia. Es un hombre que lleva varios años obsesionado con ganar títulos, y esta obsesión le genera ansiedad en momentos cruciales. A todo esto hay que añadir que parece que tuvo problemas de índole personal a principios de temporada.
- Simas Jasaitis: otro de los que se dice que está atravesando un momento complicado en lo personal. Tras una grandísima temporada con Lietuvos, en la que se convirtió en uno de los proyectos de jugador más interesantes del continente, su paso por Tel Aviv supuso un frenazo en seco de su progresión que le ha podido afectar a su autoestima. Lo cierto es que a lo largo de estos últimos meses se ha estado arrastrando por el campo como un alma en pena.
- Pete Mickael y Will McDonald: ambos jugadores están acostumbrados a jugar muchos minutos y ser referencias casi únicas de equipos con menor potencial que Baskonia. El cambio de rol que se les ha exigido en el Baskonia es complicado y existen indicios que apuntan a que este cambio les ha generado cierta ansiedad (gestos inadecuados de Pete ante ciertas substituciones o declaraciones no muy adecuadas de Will). Lo cierto es que estos indicios no han ido mucho más allá, pero son una prueba de que el cambio de rol ha afectado psicológicamente a estos hombres. Y este hecho ha podido hacer que su actitud no haya sido la adecuada en ciertos momentos puntuales. No me puedo olvidar que en el caso de Will han concurrido, también, problemas de índole personal.
Teletovic: su mejoría con respecto a la temporada pasada es incuestionable. Sin embargo creo que su inexperiencia y su ansiedad por demostrar su valía tras su decepcionante primera temporada en el Baskonia, suponen un lastre que le hace tomar decisiones equivocadas en muchas situaciones.
- Neven Spahija: parece un hombre muy duro, impermeable a los estímulos exteriores, o al menos esa es la imagen que vende de sí mismo. Sin embargo, lo cierto es que su decepcionante paso por Israel ha podido generarle ciertas dudas. Un nuevo fracaso podría alejarle de banquillos de primera línea europea durante una buena temporada.
- Zoran Paninic: le he dejado para el final porque lo considero el jugador que se está mostrando más entero y regular tanto desde el punto de vista físico como mental. Por otra parte se le ve mucho más implicado que el año pasado, dando muestras de carácter, y asumiendo responsabilidades con éxito en momentos transcendentes. Creo que él debería ser el líder, el faro que guiara el barco a través de la tempestad.
La solución para remontar vuelo quizás pase por un análisis por parte de jugadores, técnicos, directivos, afición y prensa, sobre hasta qué punto las cuestiones enumeradas (y quizás otras muchas no mencionadas) están afectando al rendimiento del equipo, y de qué manera pueden ser abordadas para que no pongan en riesgo el éxito del proyecto.
sábado, diciembre 15, 2007
Desorientación
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3 comentarios:
Gran analisis de la situación y el presente baskonia.
Parece que el club o bien la afición podría cambiar el lema de Carácter Baskonia o Ansiedad Baskonia.
Esperemos que de unos meses a esta parte el balance sea más positivo porque eso significara que el equipo progresa y va levantando cabeza.
Paciencia, esfuerzo y trabajo son los ingredientes básicos para preparar al equipo. Confiemos en ellos.
y RECUPERAR EFECTIVOS... ya sea de forma real o virtual. con un lesionado (Rako), un jugador sin sustituir (linton) y un alma en pena (Jasaitis) se nos queda una rotación de 7 jugadores. Insuficiente para lo que se nos viene encima en breve (Pamesa, cajasol, DKV, etc...)
Hay que fichar, hay que recuper física y hay que recuperar psicologicamente... Fundamental!
Buen trabajo, Calcifer.
Quienes conocemos bien a este club sabemos que el equipo está capacitado para reaccionar. Un fichaje interior vendría muy bien.
Coincido en que Planinic está mucho mejor que el año pasado, aún así no le veo lo suficientemente fuerte a nivel mental como para liderar al equipo. Prigioni es más líder, distinto a Scola, pero líder en definitiva.
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